La ética

En el artículo anterior compartía que la ética nace de la religión, de la razón y nace de algo más profundo que es los sentimientos, aquello que los modernos llaman de la inteligencia emocional o la razón sensible. Ahora quiero abordar cuatro principios que constituyen el contenido básico de la ética: 

El primer principio es “El cuidado esencial”; el cuidado es una relación amorosa, envolvente con la realidad, es la mano que se extiende para acariciar y entrelazarse con otras manos. Entonces la ética es una actitud positiva, de acogida, de dar reposo y hacer que las cosas puedan crecer y florecer. El cuidado fundamentalmente se dirige para prevenir daños futuros y rescatar daños ya acontecidos. En una tradición filosófica que viene de los romanos dice: “La esencia humana no reside en la inteligencia, ni en la libertad, ni la creatividad, sino que la inteligencia surge del cuidado”. ¿Por qué el cuidado? Porqué el cuidado es la condición previa para que el ser pueda aparecer. El cuidado es el condicionador anticipado de toda acción, si yo hago una acción con cuidado ella sale bien hecha. Todo aquello que amo lo cuido, todo aquello que cuido lo amo. Entonces la ética del cuidado talvez sea hoy la ética más urgente de la humanidad, cuidar de las personas, cuidar de los pobres, cuidar de la naturaleza, cuidar del planeta, cuidar de la convivencia en las zonas áridas para que las aguas sean recogidas, para que la cobertura vegetal sea protegida. Entonces el cuidado es una actitud que todos entienden y que pertenece a la esencia humana. 

El segundo principio es “El respeto”; ¿Cual es la actitud que yo debo de tener delante del otro? Delante de la casa es el cuidado, y delante del otro es el respeto. Porque cada persona es única, es irrepetible, ella tiene su conciencia, sus valores, sus tradiciones y ella merece que todo eso le sea respetado. Entonces el sentido de la ética del respeto significa: “Creo de tal manera que toda acción no maltrate la naturaleza, no desprecie a las personas sino que toda relación sea bien hecha y sea incluyente”. Junto con ese respeto va una dimensión ligada a la naturaleza, actualmente tenemos los transgénicos, la biotecnología, la manipulación genética. Pero nosotros debemos y tenemos el deber de hacer todo consumo con respeto en aquello que la naturaleza produjo con millones de años de trabajo. Nosotros no podemos atropellar ese trabajo producido porque si lo hacemos y no respetamos esas realidades, entonces ella puede degenerarse y con ello morir. 

Ejemplo de la actitud del respeto fue un gran medico suizo Albert Schweitzer (1875 – 1965) que era un gran concertista de Bach y un gran pensador. Quien dejo la suiza y dejo su bienestar para irse a un hospital de ancianos leprosos en África en Lambaren (Gabón), y estando allá el desarrollo una ética de respeto ilimitado para con todos los seres. Y el definía la ética: “La ética es el ilimitado respeto con todos los seres, porque todo lo que existe merece existir, todo lo que vive merece vivir”. Entonces el respeto es con todos los seres y cuando nosotros respetamos, entonces nosotros garantizamos el derecho que las cosas existen y se encuentren ahí. Porque toda violación de los derechos humanos es una violación a la persona humana. 

El tercer principio es “La responsabilidad ilimitada”; ¿Qué actitud debo tomar delante del otro que emerge enfrente de mí? Deber ser una actitud de responsabilidad, una actitud de acogida y de convivencia. Esa actitud de responsabilidad hoy es tan importante debido a la crisis ecológica. Nosotros no podemos hacer cualquier cosa, no podemos deforestar, no podemos dejar que las zonas desérticas avancen, debemos cuidar de su vegetación, de su biodiversidad y fundamentalmente la responsabilidad tiene que ver con la conciencia del ser humano. Debe darse cuenta de la conciencia de sus actos, cada año se lanza a la atmosfera millones y millones de toneladas de bióxido de carbono. Eso significa una montaña con un kilómetro y medio de altura con diecinueve kilómetros de base. ¿Cómo la Tierra va digerir todo eso? Ese acaecimiento que es antropogénico producido por los seres humano y que tiene responsabilidad sobre el proceso industrialista y sobre el acaecimiento global que diezma la biodiversidad que esta produciendo ciclos y fracaso de tantas cosechas que producen hambre. 

Y fundamentalmente la responsabilidad atiende a las empresas, porque son ellas las que se deben plantear esa pregunta, ellas no deben solo ser buenas para sus accionistas sino que deben ser igualmente buenas para la sociedad en donde ellas están incidiendo. Por eso mas y mas urge que las empresas asuman la responsabilidad socio ambiental, son responsables de la calidad de vida, por los salarios, por las formas en como se produce para que no sean formas que degraden a la naturaleza. Y nosotros somos responsables también de un buen ambiente cultural y espiritual, en donde los seres humanos puedan sentirse bien conviviendo y co-habitando. Y también responsables por las generaciones que vienen después de nosotros, nuestro temor es que si nosotros no hiciéramos nada para disminuir el acaecimiento global y garantizar la sustentabilidad de la vida, entonces está se revertirá en nuestra mayor maldición, porque las siguientes generaciones dirán: ¡Ustedes fueron irresponsables! ¡Ustedes sabían! Y no actuaron de forma que nos legasen una Tierra buena, respirable y con agua potable. 

El otro gran principio de la ética es “La solidaridad universal”; la solidaridad es tan esencial en el ser humano porque nosotros nacemos de la solidaridad, porque cuando nuestros ancestros ivan a buscar frutas para su alimentación, no lo hacían como los animales, no comían cada uno para sí. Sino que reunían todo lo que podían y lo llevaban en grupo y solidariamente distribuían comenzando desde el más joven hasta los más ancianos. Entonces fue la solidaridad, la cooperación la que permitió el salto de la animalidad hacía la humanidad. Si eso fue ayer entonces debe ser también hoy. Porque actualmente vivimos de una sociedad mundial cruel, individualista y sin piedad que deja que mueran por año 13 millones de niños por enfermedades que son completamente curables, que 4 millones de niños mueran al año por falta de agua, que mas de un billón de personas pasen hambre. Entonces falta solidaridad, falta compasión. Ese sentimiento tan bien desarrollado por la tradición oriental del Taoismo y Budismo. Tener compasión es no tener pena del otro, sino convivir con el otro y dejar que no sufra solo, porque lo terrible del sufrimiento no es el sufrimiento, es la soledad del sufrimiento. Pero este se vuelve humano y soportable, cuando una mano se extiende, cuando un hombro es ofrecido o cuando decimos una palabra que consuela. 

Por eso hoy más que nunca necesitamos de la solidaridad universal porque la economía y el mercado no se basan en la solidaridad, sino en la competición donde todos disputan y solo uno gana. En cambio en la solidaridad se gana-gana, todos ganan, todos crecen, todos co-evolucionan, entonces estos cuatro principio que se mencionan son fundamentales para tener una cuota minima y adecuada para los días actuales, y que permite un horizonte de esperanza para la humanidad, una ética profundamente humanitaria que engloba a todas las personas para el bien de sus culturas porque esta incorporada en la esencia del ser humano.

Mauricio Iraheta Olivo.