Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Los pueblos Conservadores y Progresitas versus el indígena

Villas indigenas Yanomami, Amazonia Brasil.
Constatamos otra dinámica social representada por dos actitudes básicas, la de los conservadores y la de los progresistas. En toda sociedad existen los que se aferran al status quo, defienden las tradiciones, el régimen económico dominante, a pesar de las injusticias que produce. Sostienen el propio orden político vigente, a pesar de las marginaciones y exclusiones que causa. Defienden la legislación establecida, que muchas veces está en conflicto con la justicia (en el trato que recibe la mujer en la sociedad y en el régimen de trabajo o en la diferencia en los accesos a la posesión de la tierra).

El conservadurismo es normalmente la ideología de las clases dominantes. No pocas veces realizan una modernización conservadora. Es modernización, porque introduce tecnologías modernas en el aparato productivo, conservadora, porque mantiene la estructura de las desigualdades sociales. Cualquier cambio en esta área puede perjudicarles. Por eso tienen una visión político-social estructuralmente fixista que, no raramente, lleva a la resignación. Se basan en la realización de promesas antiguas, una razón más para no querer transformaciones. Es la gallina contenta con su gallinero.

En la sociedad existen también los grupos progresistas. Señalan las insuficiencias del sistema imperante. Identifican las posibilidades viables de transformación. Son abiertos a lo nuevo, a las nuevas ideas y nuevas prácticas. Se esfuerzan, creando grupos de conscientización, desarrollan pedagogías populares para hacer de los oprimidos sujetos de liberación y planean acciones de cambio social. Los portadores de la ideología progresista normalmente son los oprimidos y sus aliados de otras clases que asumen su causa y su lucha.

Por eso hoy en día, como fuera de difernte nuestras sociedades si tan solo asimilaramos un poco de la sabiduría ancestral. Conociendo las diferentes culturas, indentificado con ellas una profunda capacidad de observación de la naturaleza con sus fuerzas y de la vida con sus vicisitudes. Como la sabiduría se fue tejiendo con el universo y el atento escuchar a la Tierra. Saben mucho mejor que nosotros casar el cielo y tierra, inetgrar vida y muerte, compatibilizar trabajo y diversión, confraternizar ser humano con naturaleza. En este sentido son altamente civilizados aunque sean tecnologicamente primitivos. Intuitivamente atinaron con la vocación fundamental de nuestro efímero paso por este mundo: captar la majestad del universo, saborear la belleza de la Tierra y sacar del anonimato a la Fuente originaria de todo se, llamándola con mil nombres: Palop, Tupa, Ñmandu, entre muchos otros. Todo existe para brillar, y el ser humano existe para bailar y festejar ese brillo.

Nuestra cultura dominante necesita rescatar esa sabiduría. Sin ella dificilmente pondremos limites al poder que podría destruir nuestro riente Planeta vivo. Integración sin fónica con la naturaleza. El indio se siente parte de la naturaleza, no un extraño dentro de ella. Por eso en sus mitos los seres humanos conviven con otros seres vivos y se casan entre sí. Intuyendo lo que sabemos por ciencia empírica: que todos formamos una cadena única y sagrada de vida. Son ecologistas eximios. La Amazonía, por ejemplo, no es tierra intocable. Durante miles de años, las decenas de naciones que allí viven interactuaron sabamente con ella. Casi el 12% de toda la selva amazónica de tierra firme ha sido manejada por los indios, promoviedno "islas de recursos", desarrollando especies vegetales útiles o bosques con alta densidad de castaño del Brasil y frutas de toda especie.

Los yanomami saben aprovechar el 78% de las especies de árboles de sus territorios. Teniendo en cuenta la inmensa biodiversidad de la región, eso vendría a ser del orden de unas 1200 esecies por área del tamaña de un campo de futbol.

Villas indigenas Yanomami, amazonia Brasil.
La tierra es la madre del indio. Está viva y por eso produce todo tipo de seres vivos. Debe ser taratada con la reverencia y el respeto que se da a las madres. Nunca abaten animales, peces o árboles por puro gusto, sino para atender a las necesidades humanas, y aún asi, cuando se derriban árboles o se realiza alguna caza o pesca mayor, organizan ritos de disculpa para nunca violar la alianza de amistad entre todos los seres. Esta relación sinfónica con la comunidad de vida es imprescindible para garantizar el futuro común de la propia vida y de la especie humana.

Actitud de veneración y de respeto. Para los pueblos indígenas, así como para muchos contemporáneos, todo esta vivo y cargado de mensajes que es importante descifrar. El árbol no es solo un árbol. Tiene brazos que son sus ramas, mil lenguas que son sus hojas, y una Tierra y Cielo a través de las raices y de la copa. Ellos consiguen captar naturalmente le hilo que liga y re-liga todas las cosas entre sí y con Dios. Cuando bailan y toman sus bebidas rituales hacen una experiencia de encuentro con Dios y con el mundo de los ancianos y de los sabios que están vivos al otro lado de la vida. Para ellos lo invisible es parte de lo visible. tenemos que aprender este lección suya.

La libertad, esencia de la vida indigena. En la actualidad nos atormenta la falta de libertad. La complejidad de la vida, lo sofisticación de las relaciones sociales generan sentimientos de prisión y de angustia. Los pueblos indígenas nos dan testimonio de una inconmensurable libertad.

Niños Yanomami amazonia Brasil.
La autoridad, el poder como generosidad. La libertad vivida por los indios confiere una marca singular a la autoridad de su caciques. Éstos nunca pueden tener mando sobre los demás. Su función es de animación y de articulación de las cosas comunes, respetando siempre el don supremo de la libertad individual. Muy especialmente entre los Guaraní se vive este alto sentido de autoridad, cuyo atributo esencial es la generosidad. El cacique debe dar toto lo que le piden y no debe de guardar nada para sí. En algunas aldeas se puede reconocer al jefe en la persona de que lleva los adornos más pobres, pues toto el resto ha sido dado. Nosotro occidentales definimos el poder bajo su forma autoritaria; "la capacidad de conseguir que el otro haga lo que yo quiero y de que yo posea mejores bienes que el otro". En función de esta concepción, las sociedades están permanentemente desgarradas por conflictos de autoridad. Imaginemos el siguiente escenario: en el caso de que el cristianimos se hubiese encarnado en la cultura política guaraní, en lugar de haberlo hecho en la grecorromana, tendríamos sacerdotes pobres, obispos miserables, el Papa un verdadero mendigo. Pero su marca registrada sería la generosidad y el servicio humilde a todos. Entonces sí, podríamos ser testigos de Aquel que dijo "estoy entre vosotros como quien sirve". Los indigenas habrían captado este mensaje como connatural a su cultura y habrían adherido libremente, quien sabe, a la fe cristiana. 

Como ven, los indígenas podrían ser en tantas cosas nuestros maestros y nuestros doctores, tal como se decía de los pobres en la iglesia de los primeros tiempos.

Mauricio Iraheta Olivo.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...