Los descubrí (o, tal vez, ellos me descubrieron a mí) estas son imagenes de niños y niñas de comunidad la puuc, en Chicaman, así como de Chichicastenango y Las Vegas en Chalatenango. ¿Qué tienen de especial y similar? Yo respondería que el alma. Niños y niñas de maíz llenos de sueños, bondad, serenidad y pasión.
Les comparto fragmentos de esos diminutos apóstoles que uno va encontrando entre las carencias de muchas de nuestras comunidades en América Latina. Y que sin embargo al tener contacto con ellos, su mirada y sonrisa nos invaden y rebelan aquello enigmático y hermoso: La Esperanza.
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