Muchas veces la felicidad no se presenta sencillamente. Tenemos que buscarla. No podemos retenerla. Pero si estamos abiertos, Dios nos regala una y otra vez en la naturaleza instantes de felicidad. Unas veces es la fragancia del prado; otras, el intenso olor del bosque de la montaña. Olemos, saboreamos, oímos y miramos la plenitud de la vida. Quien está totalmente en sus sentidos y percibe en torno a sí la maravilla de la creación, experimenta felicidad. Es la felicidad que viene a nuestro encuentro desde fuera. Pero la naturaleza nos muestra además otro camino hacia la felicidad que no depende de ninguna estación del año. Cuando admitimos en nosotros la plenitud de la vida, somos felices, estamos en sintonía con nosotros mismos. La felicidad es expresión de una vida llena. La plenitud de la vida esta ahí. Sólo tenemos que aprovecharla abriéndonos a ella. La rosa florece sin un porqué, dice Angelus Silesius. Cuando nos limitamos simplemente a florecer como la rosa, sin preguntarnos por qué, estamos en sintonía con nosotros mismos. La felicidad tiene que ver con el olvido de uno mismo. La felicidad es puro ser. Siempre que tenemos que justificar demasiado nuestra felicidad, pasamos de largo junto a ella. Cuando no estamos realmente en la felicidad, necesitamos muchas razones para sentirnos felices.Es feliz quien, sea cual sea lo que está haciendo, se olvida por completo de quién es.
Entonces no se trata en absoluto del sentimiento de felicidad. Los sentimientos no se puede retener, en todo caso. Se trata, simplemente, de la capacidad de estar ahí sin reflexionar sobre sí, sino percibiendo qué es lo que hay en mí, lo que me rodea y cómo estoy en Dios. La naturaleza nos invita a esta capacidad de olvidarnos de nosostros mismos a la vista de la creación que florece y limitarnos simplemente a percibir con nuestros sentidos la belleza que se nos manifiesta. Quien se matricula en esta escuela se hace capaz de experimentar la felicidad que Dios le ofrece. Allí aprenderá que muchos instantes de la vida tienen el sabor de la felicidad.
No hay comentarios :
Publicar un comentario